Hace muchisimos años, Manoli era una niña pequeña que veía la Navidad con los ojos muy abiertos y con mucha mucha ilusión.
Por aquel entonces le ponía sus cubos de agua a los camellos y sus copitas de coñac y anís a los Reyes Magos.
Años más tarde, echa ya una chavalita seguía viendo la navidad en las figuritas de belén que ponía siempre en un hueco de la estantería del comedor, y volvía a casa cuando los Reyes ya se habían marchado.
Con el tiempo Manoli tuvo dos niñas, una de ellas fue a nacer justo el día de Nochevieja y allí que paso la noche en el hospital con su niña en brazos. Otro motivo más para que la navidad fuese algo especial y doblemente celebrado, y además ella seguía con la ilusión de sus Reyes Magos, porque ahora ella es la que ejerce de Rey.
De aquella noche en el hospital hace hoy veinte años, mis hijas son las que se van ahora después de las uvas de marcha por ahí y yo la que se queda en casa.
Como ha cambiado el cuento, ahora soy yo la que lo pasa mal pensando en si les pasara algo, la que piensa en cosas que nunca había pensado, la que tiene miedo de cosas a las que nunca tuvo.
Pero eso no quita que aunque ya no pone los cubos para los camellos, que en sus recuerdos de navidades pasadas no había tanto de todo pero mucho de nada, que en la ilusión no había más sitio de tantas cosas como tenia dentro, que ahora su Rey Melchor( que era su preferido) sea ella misma, o que al paso que lleva esta maldita crisis cada vez se tiene menos ilusión por las cosas que va dejando. Ella no quiere dejarse llevar por este pesimismo y con el mismo cariño con el que sigue esperando que su (Rey) la sorprenda cuando se levante de la cama, nos desea a todos que este año que viene siga siendo especial sobre todo en este nuevo mundo 2.0 y que sea todo lo bueno que puede ser un año.
FELIZ 2014